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Lo que aprenderás de la naturaleza humana viendo 'My Life is Murder'

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Lo que aprenderás de la naturaleza humana viendo 'My Life is Murder'

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Existen series policíacas y luego está ‘My Life is Murder’, la ficción de Calle 13 que se puede ver en Jazztel TV. Esta producción australiana da una vuelta de tuerca a las clásicas tramas thriller y se hace fuerte con unas premisas sorprendentes y una protagonista a la que es imposible no querer.

 

‘My Life is Murder’ es un pequeño muestrario de las vilezas y grandezas de la condición humana. ¿Qué podemos aprender en sus capítulos?

Que la jubilación no es el fin de la vida

 

La protagonista de esta historia es Alexa Crowe (Lucy Lawless), una policía retirada. Aunque que haya dejado el cuerpo no significa que a sus cincuenta y tantos ya no tenga nada que experimentar. Al contrario: Alexa se ha convertido en investigadora privada y el inspector de policía Kieran Hussey (Bernard Curry) no duda en acudir a ella para que le ayude con los casos más complicados, esos que parecen ir contra toda lógica.

 

La experiencia de Alexa es su mejor arma: sentido común y madurez para no dejarse embaucar por primeras impresiones y explicaciones en apariencia muy sólidas.

Que es mejor no meterse con Lucy Lawless

 

La actriz australiana saltó a la fama en los noventa con el personaje de ‘Xena, la princesa guerrera’. Era una serie de épica fantástica que mezclaba sin complejos historia y mitología. Y cuyos monstruos no siempre gozaban del presupuesto más alto. Hito de la cultura popular, podría haber supuesto el encasillamiento de Lawless, pero la actriz supo reconducir su carrera con sus papeles en ‘Spartacus’ y ‘Battlestar Galactica’. En un complejo balance, ha demostrado gran versatilidad y también una personalidad irrenunciable marcada por un carisma muy genuino.

 

En ‘My Life is Murder’, Alexa recoge esas particularidades que la audiencia adora de Lawless. La investigadora rezuma atractivo, no solo por su madurez, sino por su talante tajante y socarrón. Es una auténtica ‘tipa dura’ cuyas astutas miradas hablan más que las palabras. Y, al mismo tiempo, no puede esconder su sensibilidad, que le hace acercarse a personajes como Madison (Ebony Vagulans), que actúa como ayudante y contrapunto perfecto de Alexa.

Que el trabajo nunca es solo trabajo

Alexa es una investigadora vocacional y, aunque a veces parece distante, se compromete con cada caso. Eso le hace empatizar con las víctimas, los falsos culpables y el entorno que sufre. No sigue los métodos más ortodoxos; no duda en zambullirse en el contexto en que se cometió el crimen, hasta el punto de convertirse en aprendiz de cocina y en ciclista aficionada.

 

En demasiadas ocasiones pone en juego su propia integridad sabiendo que, en realidad, está sola, pues no habrá un equipo policial que la respalde. Actúa de forma temeraria, pero muy divertida, y siempre es un reto de guion observar cómo será capaz de salir del lío en el que se ha metido. Asimismo, es muy interesante contemplar su vida privada, su afición por hacer pan, su amor al deporte y esa maravillosa relación con el gato con el que vive, pero al que no considera de su propiedad.

Que cualquiera pueda ser un asesino

Una de las cosas que más nos gusta de ‘My Life is Murder’ son los casos tan dispares y estimulantes a los que se enfrenta Alexa. Hay una gran apuesta de producción por abordar contextos muy distintos, con niveles sociales, ocupaciones o aficiones dispares. Eso hace que la serie nunca resulte aburrida y que, con un planteamiento de apenas unos minutos, nos tenga pegados a la pantalla.

 

Y dentro de esos universos tan particulares, el asesino puede ser quien menos lo esperas. Siempre hemos de estar atentos a las pistas y al engranaje de la trama. Un trabajo de dirección y escritura impecable, a manos de Leah Purcell y todo su equipo.

 

Por Noelia Martínez

 

Imagen | YouTube

 

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