Bañador, chanclas, protector solar. ¿Qué otra cosa no debemos olvidar en vacaciones? La seguridad para dispositivos y redes, pues los hackers suelen aprovechar esas jornadas de relax en las que se baja la guardia para hacer de las suyas. A continuación, una serie de consejos muy prácticos para que la ciberseguridad no sea un problema.
Antes de salir de casa, es muy importante hacer una copia de toda la información relevante, tanto del dispositivo que se quedará en el hogar como del que se llevará el usuario. Así, si lo roban, se pierde o sufre un accidente, no se perderán los datos. Una copia en la nube o en un disco duro externo es una buena opción.
En muchas ocasiones las actualizaciones contienen parches de seguridad para problemas detectados hace poco. Para evitar situaciones como fallos de cobertura en el lugar de vacaciones, mejor descargarlas e instalarlas antes de salir de casa.
Apagar o no el router o no suele plantear dudas. Por un lado, impedirá que los extraños puedan entrar en la red y supondrá un ahorro en el gasto energético. Aunque si el usuario tiene dispositivos conectados, como un servidor multimedia al que desea acceder mientras está fuera o cámaras IP de vigilancia, necesitará dejarlo conectado.
También es aconsejable desactivar el bluetooth y la wifi del móvil para evitar posibles ataques. Así como la conexión del chip NFC. Lo recomendable es solo activarlo en el momento concreto de realizar el pago en un restaurante o un comercio.
Una manera de proteger las cuentas online es mediante la autenticación en dos pasos. Con esta doble verificación, además de una contraseña, se necesita un código que suele llegar al móvil mediante SMS. De hecho, muchos servicios digitales los han instaurado de forma predeterminada para confirmar sus procesos.
En alguna ocasión ya hemos hablado de los peligros de las wifis gratuitas que hay en centros comerciales, aeropuertos y hoteles. Al ser conexiones que no necesitan contraseña, dejan expuestos los datos del usuario, que pueden ser interceptados por cualquiera.
De todas maneras, si no hay más remedio que usar estas redes, hay formas de intentar proteger los equipos, como emplear una VPN, deshabilitar los procesos de sincronización y eliminar cualquier información que pueda quedar guardada en el dispositivo después de la conexión.
De igual modo, si el usuario no lleva consigo su ordenador y necesita utilizar el dispositivo de un tercero, por ejemplo, el del hotel en el que se hospeda, nunca debe usarlo para acceder a cuentas personales, como las de correo electrónico, redes sociales o bancarias. Si necesita hacerlo, una recomendación es borrar después el historial de navegación.
Al viajar, es posible que surja la necesidad de instalar aplicaciones nuevas: la app turística de la zona, la de alquiler de transportes, la de la compañía aérea… Esto también puede conllevar peligros. Lo recomendable es descargar estas aplicaciones desde la tienda oficial del sistema operativo del móvil y prestar atención a los permisos que se conceden.
En la era del postureo, son muchos los usuarios que retransmiten sus vacaciones en redes sociales y ofrecen con alegría información tan delicada como los días que estarán fuera de casa y el itinerario de sus viajes. Mejor evitar esta tentación y compartir fotos y vídeos cuando se haya regresado al hogar.
Una medida preventiva para evitar problemas es cambiar las contraseñas de los servicios que hemos usado durante las vacaciones, una vez que se ha vuelto a casa. Sobre todo si no se han podido seguir consejos como evitar las wifis públicas o utilizar dispositivos de terceros.
Por Noelia Martínez
Imágenes | Anastasia Nelen, Paul Hanaoka, Duri from Mocup, Cyriac Jannel en en Unsplash