Los códigos QR se han convertido en una forma muy sencilla de acceder a una página web o descargar una aplicación sin necesidad de tener que teclear una URL en el navegador del teléfono móvil. Ya estamos acostumbrados a verlos en multitud de formatos, como carteles informativos, pósteres promocionales, billetes de tren y avión, revistas, entradas para eventos y un largo etcétera.
De hecho, su uso se ha extendido considerablemente en los últimos años, algo a lo que contribuyó la pandemia con el escaneo de los menús de bares y restaurantes al retirarse las cartas físicas para evitar contagios.
Sin embargo, esta forma instantánea de acceder a información de diversa índole, con el simple escaneo de un código con la cámara del móvil, aunque muy cómoda, no está exenta de riesgos.
Tal como nos recuerda la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), dependiente del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), cuando realizamos este sencillo gesto, ¿sabemos de antemano a qué página web nos dirige ese código QR? ¿Qué pasa si nos lleva a contenido no deseado (violento, pedófilo, etc.) o a la descarga de una aplicación que en realidad nos suscribe a servicios SMS prémium? ¿Qué ocurre si dicha app es capaz de explotar fallos de seguridad del sistema operativo de nuestro dispositivo para robarnos información privada? ¿O si infecta el terminal y nos hace perder toda la información almacenada?
El problema, por tanto, no está en el hecho de escanear el código QR (del inglés "Quick Response", literalmente "respuesta rápida"), sino en lo que hay detrás de él. Esto no significa que debamos dejar de hacer uso de esta herramienta, pero sí que extrememos las precauciones para librarnos de consecuencias no deseadas.
En este sentido, los expertos de la OSI nos informan de una serie de medidas de seguridad que podemos aplicar:
Las nuevas tecnologías nos ofrecen muchas posibilidades y entre ellas están, desde luego, los códigos QR. Pero como todas las herramientas de internet, tienen sus vulnerabilidades. No hay razón alguna para no usar los códigos QR, eso sí, siendo conscientes de los potenciales riesgos que implica su utilización y tomando las medidas oportunas para realizar en todo momento un escaneo seguro.
Por Patricia M. Liceras
Imagen | Markus Winkler (Unsplash)