Viajar a otros países (con tarifas, infraestructuras y protocolos móviles distintos), las actividades en plena naturaleza o el mero deseo de descanso hacen que mucha gente se plantee tener un mes o unos días de muy baja conectividad. Por eso, las prácticas de desintoxicación móvil cobran más importancia. A continuación, varios consejos para llevarlas a cabo.
Priorizar a las personas
Las herramientas digitales nos permiten mantenernos conectados con otras personas. En los momentos de descanso, debemos decidir cuáles son las relaciones primordiales. Por eso conviene no contestar a todos los mensajes y conversaciones.
En su lugar, se pueden dejar respuestas automáticas explicando que estamos tomando unos días de desconexión digital. Una vez tenemos claros cuáles son nuestros contactos preferentes, podemos consultar cada cierto tiempo si hay alguna novedad.
Vivir experiencias físicas
La vida digital está muy estudiada. Detrás de cada app y de cada uso de nuestro móvil suele haber un diseño de experiencia. Esto hace más sencillo que nos sintamos a gusto empleando una herramienta y que queramos seguir usándola en el futuro. Lo que puede conducir a que las experiencias físicas nos den más pereza.
Por tanto, es recomendable abrir nuestros ojos más allá de lo que sucede ante el móvil y los dispositivos conectados. Podemos lograr descubrimientos importantes en cosas y actividades sencillas o con desafíos complicados. Moverse, realizar esfuerzos físicos e intelectuales, hablar con otras personas y cambiar las costumbres y horarios puede ayudarnos a descubrir caminos para encontrar el equilibrio entre la vida física y la digital.
Evitar la consulta constante
Existen muchas herramientas digitales que encajan muy bien con los momentos de ocio y descanso. Hay dispositivos que siguen nuestra ubicación y actividad y apps que sirven de guía de viaje o facilitan adquirir bienes y servicios propios de las vacaciones. Podemos enriquecer la forma en la que pasamos estos días haciendo un uso razonable de ellos.
Sin embargo, estar todo el tiempo ‘pegados’ a los dispositivos puede ser una fuente de ciberestrés. Muchas personas están más pendientes de lo que aparece o de lo que no encuentran en una aplicación que de vivir sus vacaciones con tranquilidad. Renunciar a buscarlo todo en fuentes digitales puede hacer que disfrutemos más del tiempo de descanso.
No abusar de la narración
Ya antes de los últimos avances digitales, las personas enviaban cartas y postales durante sus vacaciones y tomaban fotos de los momentos más entrañables. Era una manera de fijar el recuerdo en nuestra memoria y poder compartirlo con otras personas. Sin embargo, ahora, muchos sienten el impulso de tener que registrarlo todo y eso hace que pierdan atención a lo que en realidad sucede.
Por ello, ponernos ciertos límites nos ayudará a mejorar nuestra concentración: escribir solo un determinado número de notas y mensajes, tomar una cantidad limitada de fotos y vídeos… Así, lo más probable es que dediquemos a este tipo de actividades narrativas solo un tiempo definido y de calidad. Quedará constancia de lo más importante y tendremos tiempo para disfrutar más las experiencias físicas.
Control del ciberestrés tras la desintoxicación móvil
Descansar unos días de las herramientas digitales es una oportunidad perfecta para ver qué es lo que produce ciberestrés en nuestra vida cotidiana. Algunas enseñanzas pueden aplicarse a la vuelta a la normalidad.
Por tanto, hay que prestar atención a aquello que sobra en nuestra vida digital. Es el momento de hacer pruebas y tomar nota de lo que fallaba y de lo que se puede mejorar. Una época de aprendizaje digital.
En resumen, la desintoxicación móvil puede enriquecer nuestros momentos de descanso y aportarnos enseñanzas prácticas para planificar mejor nuestro tiempo y las actividades que realizaremos cotidianamente a la vuelta de las vacaciones.
Por Gonzalo García Abad.
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