Seguimos en cuarentena. Empezamos a echar de menos salir a pasear, tomar un café en cualquier terraza, disfrutar del aire libre y lo más importante: la vida social.
Muchos han tenido la suerte de estar aislados junto a sus familias pero, ¿qué ocurre con los que les ha tocado estar solos?
Gracias a internet, esa soledad disminuye cuando podemos ver a los nuestros a través de una pantalla. Y, por ello, las videollamadas están más demandadas que nunca. Una práctica que normalmente se reducía al entorno laboral o a los videojuegos se ha convertido en ‘el pan de cada día’ de cualquier casa.
A raíz de este fenómeno se han disparado las descargas de aplicaciones para este fin. Desde redes sociales como Instagram o Snapchat hasta el clásico Skype, hay muchas plataformas para videollamadas gratuitas.
Desde su fundación en 2009, Whatsapp se ha convertido en la app de mensajería instantánea más utilizada a nivel mundial.
Su función para videollamadas sólo permite comunicarnos con cuatro personas a la vez. Aunque normalmente suele ser más que suficiente, si queremos hablar con un grupo más amplio tendremos que optar por otra alternativa.
Instagram y Snapchat
A pesar de ser redes sociales orientadas a la fotografía, con el tiempo han integrado la función de mensajería y las videollamadas.
En el caso de Instagram, al igual que en Whatsapp, podremos realizar conferencias de hasta cuatro personas.
En el caso de Snapchat la función es más amplia, ya que permite comunicarse por vídeo con 15 personas a la vez. Además, una de las características más divertidas de la aplicación es el uso de sus filtros, que también podrás utilizar durante la conversación para hacerla más divertida.
Skype
Un clásico. Hablamos de la aplicación para videollamadas por excelencia y que se sigue utilizando a diario tanto en el ámbito personal como en el profesional.
En este caso se pueden realizar teleconferencias con hasta 10 personas a la vez y lo tenemos disponible tanto desde el móvil como desde el ordenador.
Houseparty
¿Te consideras un crack del Trivial? Entonces tienes que conocer Houseparty. De todas las aplicaciones que hemos mencionado hasta ahora, es la única que permite jugar en grupo. Desde casa, claro.
Con un límite de hasta ocho pantallas, podrás ver a tus adversarios mientras intentas ganar la partida. También sirve para videochats convencionales.
Hace unos años Facebook decidió incorporar a su interfaz la función de videollamadas desde su messenger. Esta aplicación facilita la comunicación con hasta 50 personas a la vez, de las que solo seis podrán verse y el resto deberá hacerlo por voz.
Gruveo
Gruveo destaca porque no hay que registrarse para poder acceder a su interfaz, lo que supone un ahorro importante de tiempo.
El procedimiento es simple: deberás escribir un nombre cualquiera para poder completar la URL del canal y acto seguido se creará un chat con un máximo de 12 participantes.
En Gruveo no hay que descargar ninguna aplicación; tanto desde el móvil como desde el ordenador solo es necesario acceder a su web.
Zoom
Con un límite de tiempo de 40 minutos por llamada, Zoom nos permite reunirnos con hasta 100 participantes.
Si te animas con esta aplicación y realizas una videollamada en masa, recuerda que deberás ser puntual. Puede que cuando llegues se haya terminado el tiempo establecido.
Recientemente esta aplicación se ha visto afectada por varias vulnerabilidades que la han puesto en el punto de mira de los ciberataques. Te recomendamos que al iniciar una llamada establezcas una contraseña y revises los asistentes.
Jitsi
Por si la reunión con cien personas no cumple tus expectativas, siempre puedes recurrir a Jitsi. Esta aplicación no tiene número máximo de participantes, por lo que tendremos que plantear la opción de levantar la mano para pedir turno de palabra.
FaceTime
En último lugar dejamos esta interfaz exclusiva de Apple. Su funcionalidad es menor, ya que solo podrán utilizarla los propietarios de terminales de la marca. Si tienes la suerte de que todos tus amigos tienen iPhone o iPad, podréis realizar videollamadas de hasta 32 personas.
Por Tatiana Ojeda
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