En esta época del año, el calor aprieta y playas y piscinas se convierten en nuestro mejor refugio para sobrellevar las altas temperaturas. Algo que aumenta la posibilidad de que el móvil, al que llevamos a casi todas partes y que ya es una extensión de nosotros mismos, acabe por accidente muy mojado o directamente inmerso en el agua.
Sin embargo, el afán por intentar salvarlo a toda prisa puede conducirnos a tomar medidas equivocadas que podrían dejarlo inservible. Para que no ocurra, esto es lo que debes hacer y lo que no.
Apagarlo y retirar la batería y la tarjeta SIM
Lo peor que le puede suceder a un smartphone cuando se moja es que el agua entre en contacto con la electrónica interna y se produzca un cortocircuito o corrosión.
Por eso, la primera medida de urgencia es apagarlo. Y, si podemos, quitar cuanto antes la batería, carcasa y las tarjetas SIM y la microSD, en caso de incluir esta última. Es decir, retirar todos los elementos que se puedan.
Secarlo a conciencia
A continuación, debemos secar el terminal a conciencia con un paño o papel de cocina para eliminar las gotitas de agua que podrían adentrarse a través de las ranuras.
El método del arroz
Tras este secado manual, podemos probar a introducir por completo el dispositivo en un recipiente lleno de arroz. Esto es por su gran capacidad de absorción de la humedad. Las recomendaciones varían según la fuente, pero, en general, debemos mantenerlo sumergido en este cereal entre 24 y 48 horas.
Lo cierto es que el famoso método del arroz funciona, siempre y cuando el smartphone no se haya mojado demasiado o hayamos intervenido a tiempo. Y es que si la humedad se apodera del interior del dispositivo y afecta a sus elementos vitales, es difícil que este cereal pueda revertir las cosas.
En vez de utilizar arroz, podemos optar por bolsas de sílice (como las que suelen venir en productos como zapatos y bolsos). Debemos meterlas en una bolsa hermética junto al teléfono mojado.
Alcohol isopropílico
Otro método bastante efectivo es sumergir el móvil un par de minutos más o menos en alcohol isopropílico, que tiene una pureza de en torno al 99 %. Aunque cueste creerlo, con este líquido conseguiremos evaporar cualquier rastro de humedad y arrastrar el agua del circuito electrónico.
Eso sí, luego habrá que quitar los restos de alcohol. Recuerda que el móvil debe estar apagado y sin la batería.
Mantener lejos de fuentes de calor
Aunque pueda parecer lógico pensar que dando calor al móvil lograremos eliminar todo rastro de agua, no conviene en absoluto. El motivo es que la electrónica funciona mejor con los circuitos fríos. Por otro lado, los metales y las piezas de plástico se pueden fundir de quedar expuestos a altas temperaturas.
Por eso, debemos abstenernos de utilizar el secador, colocar el terminal junto a una estufa o, en los casos más extremos, darle unos minutos de microondas u horno.
Que sea sumergible no significa que vaya a sobrevivir
Tampoco conviene secar el dispositivo sin mucho cuidado porque tenga certificación sumergible y pensemos que resucitará. Los sellos que aseguran la protección frente al agua se deterioran con el paso del tiempo y esta puede acabar filtrándose y estropear el smartphone.
Ningún fabricante se hará cargo de la reparación
Además, recuerda que ningún servicio técnico repara de forma gratuita los móviles por este tipo de accidentes. Por ello, te aconsejamos no tratar de ocultar que detrás de la avería está el agua. Los expertos lo sabrán enseguida: en el interior de los móviles hay una especie de pegatina que cambia de color cuando estos han estado en contacto con el agua.
Aunque los smartphones se van perfeccionando con cada nuevo modelo que sale al mercado, lo cierto es que su resistencia al agua sigue siendo una asignatura pendiente para los fabricantes. Hoy por hoy, salvar un móvil mojado depende de hasta qué punto ha entrado agua en él.
Por Patricia M. Liceras
Imágenes | Abu Sayeed Ibn Muktar (Unsplash)
