Aunque ha sido un verano atípico, es difícil comenzar septiembre y no sentir el angustioso síndrome posvacacional que marca la vuelta a la rutina.
Menos mal que existe consuelo en todas esas series que hacen que el espíritu vacacional perdure. Aunque no están centradas en el verano, rebosan un positivismo que carga las pilas.
Amy Sherman-Palladino construye un universo alocado en el que los personajes parecen vivir en una fiesta eterna, pero con el que el espectador también recibe una buena dosis de conflicto social. Rachel Brosnahan da vida a una divorciada que se atreve a convertirse en cómica en la Nueva York (Estados Unidos) de finales de los cincuenta. Amazon Prime logró uno de sus primeros éxitos rotundos con esta ficción ganadora del Globo de Oro a mejor serie.
Imposible no contagiarse de las ganas de vivir de esta historia. Secuestrada durante quince años en un búnker por el perturbado reverendo Wayne, Kimmy quiere recuperar el tiempo perdido con cierto (mucho) atropello. Lo más curioso de esta serie de Netflix es que, a pesar de que el personaje interpretado por Ellie Kemper es la que tiene carencias sociales, resulta la más ‘normal’ en su extravagante grupo de amigos.
Un procedimental de libro con un grupo de policías que investiga crímenes en la caribeña isla de Saint Marie, perteneciente a Francia. Los paisajes de playas y atardeceres hacen que sus escenas desprendan calidez y consigan que hasta los asesinatos parezcan menos graves. A destacar la divertida personalidad de sus protagonistas que, aunque han ido cambiando con el tiempo, todos son desquiciantes pero encantadores.
La ficción que rememora los ochenta es tendencia. Sus estilismos, su música y esa ingenuidad que se atrevía con todo suponen una inyección de alegría. En esta serie de Netflix un grupo de mujeres sin oficio ni beneficio encuentra una vocación (y una familia con la que compartir todo) en el pressing catch femenino. Una ficción llena de momentos histriónicos que consigue enamorar a los fans con escogidos toques de ternura.
Gamberra, irreverente, ácida, corrosiva… No se acaban los calificativos para definir a la serie de Amazon que ha conseguido adaptar con solvencia (y no era nada fácil) el cómic de Garth Ennis. Ahora que el género de superhéroes está tan moda, ‘The Boys’ pretende salvar a la sociedad de todos ellos, tan petulantes, hipócritas y un tanto sicópatas. La segunda temporada se ha estrenado recientemente y es una satisfacción poder reencontrarse con series de este nivel tras tantos meses de parón audiovisual.
Quien no haya leído la ‘trilogía de Corfú’ de Gerald Durrell se está perdiendo unas divertidas novelas en las que aprender, no sin cierta aprensión, todo sobre la vida de los insectos. Y también sobre relaciones personales, muchísimo más complicadas. Esta serie adapta libremente los libros autobiográficos en los que el menor de los Durrell cuenta las vicisitudes de una familia que se reinventa cuando sus problemas económicos le llevan hasta la isla griega de Corfú.
¿Qué pasa si unes en pantalla a Ted Dason con Kristen Bell? Que logras una de las mejores comedias de los últimos años. La apuesta de Netflix no puede ser más imaginativa: un grupo de humanos muere y ‘viaja’ hasta el cielo, encarnado en un bucólico pueblecito lleno de sol, actividades lúdicas, yogures helados de mil sabores y muchos secretos por descubrir.
¿’Lost’ en un artículo sobre espíritu vacacional? Sí, los personajes vivían una auténtica odisea y eran perseguidos, cazados y asesinados por humos negros, osos polares y señores con un mono beige. Pero la serie se rodó en Hawái, con sus calas, sus palmeras infinitas y sus bronceados gratuitos. No hay mal que por bien no venga.
Por Noelia Martínez
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