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Por qué Facebook se llama ahora Meta y todo lo que supone

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Por qué Facebook se llama ahora Meta y todo lo que supone

meta01.jpgSi bien Facebook posee la red social con mayor número de usuarios del mundo, una plataforma como Instagram que no deja de crecer y WhatsApp, la app de mensajería a través de la que se envían 100 000 millones de mensajes cada día, los escándalos vividos señalan que la empresa no debería dormirse en los laureles.

 

Para seguir deslumbrando a unos usuarios sumergidos en una revolución digital con la que cada vez son más exigentes, la compañía quiere llevar su negocio un paso más allá: un metaverso que cambiaría para siempre la forma de relacionarnos.

 

Adiós Facebook, hola Meta

 

A finales de octubre, el propio Mark Zuckerberg lo anunciaba en el arranque del evento virtual Facebook Connect 2021: la compañía Facebook pasaba a llamarse Meta. La razón principal fue alinearse con el próximo gran producto de la firma, un universo digital al que los usuarios accedan a través de unas gafas inteligentes de realidad aumentada o virtual.

 

"En el metaverso podrás hacer casi cualquier cosa que puedas imaginar: reunirte con amigos y familiares, trabajar, aprender, jugar, comprar, crear, así como experiencias completamente nuevas que realmente no encajan en la forma en que pensamos sobre los ordenadores o los teléfonos hoy en día". Este fue el entusiasta mensaje de Meta.

 

 

 

 

El desarrollo alcanzado hasta el momento por la realidad virtual y la inteligencia artificial permite soñar con que Meta sea un mundo lo más parecido posible a la realidad. Esto sería muy útil, no solo algo bonito que quede en una mera anécdota. La idea es que los usuarios produzcan avatares personalizados a los que, por supuesto, se pueda vestir o comprar enseres. La implantación del dinero virtual supondrá otra cuestión muy interesante.

 

Oculus, Cambria y Nazaré

 

Es pronto para saber cuándo será el lanzamiento de Meta, una iniciativa en la que la empresa llevaría trabajando desde que en 2004 adquirió Oculus, la compañía de realidad virtual.

 

La idea de la nueva Meta es ser autosuficiente para generar todos los dispositivos necesarios para disfrutar de ese universo tridimensional. Si bien la firma ya ha ido creando productos con los que navegar de forma virtual, está trabajando en nuevas gafas que ofrezcan una experiencia lo más inmersiva y completa posible.

 

El proyecto Cambria dará lugar a unas gafas virtuales capaces de trasladar al entorno digital los movimientos corporales, los gestos faciales e incluso la dirección de la mirada para mejorar la comunicación no verbal y la interacción social. Y todo con un producto ligero y compacto, cómodo. Por su parte, del proyecto Nazaré se sabe muy poco, pero está enfocado en la realidad aumentada y la posibilidad de integrar objetos virtuales con el entorno físico.

 

Ese Facebook del que usted me habla

 

A pesar del entusiasmo mostrado con su nuevo metaverso, no son pocas las voces que señalan que el cambio de nombre de Facebook está más que relacionado con un intento de limpiar su imagen y de desvincularse de los escándalos que en los últimos tiempos la han rodeado.

 

En 2018, el caso Cambridge Analytica cambió para siempre la percepción de unos usuarios que ya sospechaban sobre las conductas de Facebook. Lo que se reveló fue que la consultora Cambridge Analytica había comprado información privada de 50 millones de usuarios de la red. Además, utilizó esos datos para manipular la opinión de los votantes estadounidenses.

 

Desde entonces, las acusaciones contra la plataforma no han dejado de mermar su credibilidad. La propagación de fake news y la manipulación de trending topics son dos ejemplos que señalan la tremenda complejidad de los hechos denunciados.

 

 

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En otoño de este año, Facebook sufrió un golpe que podría ser definitivo. Frances Haugen, una ex empleada de la empresa, filtró los llamados Facebook Files’. De forma muy resumida, se acusa a la firma de conocer los efectos perniciosos que las publicaciones tienen en los usuarios más vulnerables y de no actuar de forma ética frente a ellos. Todo por no perjudicar sus intereses reales: los económicos.

 

Así que Meta no solo quiere ser un mundo virtual lleno de posibilidades, sino también una nueva oportunidad para desmarcarse de prácticas polémicas. Por el momento, eso sí, el cambio de nombre no supondrá una modificación en el uso habitual de Instagram, WhatsApp o la propia Facebook. Una cosa es renovarse y otra prescindir de sus herramientas empresariales.

 

Por Noelia Martínez

 

Imágenes | Twitter, Meta

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