La tecnología 3D Touch va ganando terreno desde que allá por 201, comenzó a popularizarse. Y es que el smartphone actual es una especie de ‘recipiente’ tecnológico que debe poner en la mano del usuario innovaciones que faciliten sus comunicaciones y que hagan su día a día más cómodo, sencillo y productivo.
Para qué sirve la tecnología 3D Touch
Se trata de una tecnología que, en cierto modo, pretende emular lo que hacen en un ordenador los atajos de teclado. El objetivo es que con una sola acción podamos hacer aquello que, de otra forma, necesitaría una secuencia de acciones. Por ejemplo, si deseamos copiar un texto en un procesador pulsamos Ctrl+C en lugar de acudir al menú correspondiente a la edición y, una vez allí, elegir la opción copiar con el texto seleccionado.
Esa misma filosofía es incluso más útil en los smartphones, en los que el movimiento de los dedos tiene ciertas limitaciones. De hecho, una buena sensación en la mano es una de las constantes que buscan todo tipo de consumidores y uno de los retos más buscados por los fabricantes. Se quiere lograr que con desplazamientos sencillos se puedan alcanzar grandes resultados.
Incluso esa es una de las razones detrás del éxito de los asistentes por voz. Los usuarios pueden conseguir, dando una orden verbal, aquello que manualmente implica varios movimientos y que a veces puede llevar a algún error de manipulación.
Las opciones 3D Touch pretenden algo semejante por otra vía. Detectan un tipo de presión concreta sobre una parte de la pantalla, como una pulsación prolongada o una presión más intensa. Dependiendo de la zona que pulsemos y la forma en la que lo hagamos, se nos abrirá un conjunto de alternativas útiles. Por ejemplo, al pulsar sobre Google Maps se abrirá la opción de que te dé indicaciones de cómo se va a casa o al trabajo desde tu ubicación.
La evolución tecnológica del 3D Touch
Desde el comienzo, se han venido sucediendo dos enfoques diferentes. Por un lado, inicialmente Apple lanzó su 3D Touch basándose en el hardware. Gracias a un conjunto de sensores, detectaba lo que pretendía lograr el usuario.
Más tarde, Google lanzó para sus Pixel un sistema que lo averiguaba basándose en el software. En concreto, utiliza el aprendizaje automático para distinguir la pulsación, el tipo de dedo, la zona de la pantalla sobre la que se pretende actuar. En definitiva, son algoritmos que nos devuelven como respuesta qué es lo que el usuario pretende al presionar de la forma que lo ha hecho.
Cómo aprovechar Android 3D Touch
Lo primero que necesitamos es disponer de un móvil con un sistema operativo Android Q o una versión posterior. No obstante, no es necesario que el dispositivo sea un Pixel, sino que puede ser de otra marca. Incluso podemos incorporar esta tecnología gracias a un launcher.
A partir de ahí, podremos presionar sobre la pantalla e irán apareciendo las diferentes opciones y elegiremos, en cada caso, la que más nos convenga. Puede que tengamos ciertas limitaciones. Es decir, hay un conjunto concreto de opciones y habrá acciones que no podamos atajar. Por ejemplo, si presionamos durante unos segundos el icono del teléfono (la app que usamos para llamar), pueden mostrarse nuestros contactos favoritos. Si lo hacemos sobre Google Chrome, nos dejará elegir entre una nueva pestaña o una pestaña de incógnito.
Además, podemos crear accesos directos a funciones concretas que usemos habitualmente. De este modo, podremos utilizarlas rápidamente con una pulsación profunda en el icono correspondiente.
Estamos ante una tecnología que nos está situando en el camino hacia una automatización cada vez más inteligente. Vemos esa tendencia en otras tecnologías como asistentes de voz o las etiquetas NFC, pero es indudable que la pantalla seguirá teniendo un gran protagonismo y que el usuario quiere tener una gran sensación de control entre sus dedos.
Por Gonzalo García Abad
Imagen | Towfiqu barbhuiya en Unsplash
