Seguro que muchos saben por experiencia el problema que supone quedarse sin batería en el móvil cuando más se necesita. Para nuestra desesperación, a veces el terminal se apaga mientras atendemos una llamada importante, al ir a pagar en el súper o al embarcar en el aeropuerto, quedándonos en tierra porque el billete estaba en formato digital.
Los cargadores rápidos y las baterías externas vienen a solucionar el problema. Sin embargo, no siempre tenemos a mano un enchufe o una batería auxiliar, o no disponemos de tiempo suficiente para cargar el teléfono.
Si queremos ahorrarnos sustos, debemos tomar una serie de precauciones. Algo a tener en cuenta especialmente en verano, época del año en la que damos un uso más intensivo al móvil y en la que la autonomía de las baterías se ve mermada al quedar sometidas a un mayor calor.
- Proteger el móvil del sol. Si nos encontramos en un lugar cálido, lo mejor será no exponer el dispositivo al sol más tiempo del imprescindible. De lo contrario, la batería se irá deteriorando, perdiendo parte de su capacidad. Ante este problema, nunca hay que meter el móvil en la nevera.
- Activar el modo de ahorro de energía. Otro consejo lógico es activar el modo de ahorro de energía, que por lo general suele activarse de forma automática en el dispositivo al llegar a un nivel bajo de batería.
- Bajar el brillo de la pantalla y reducir el tiempo de bloqueo. También podemos bajar manualmente el brillo de la pantalla, ya que es el elemento que más energía consume en los smartphones. Lo ideal es ponerlo a un nivel mínimo en el que podamos seguir viendo la interfaz del móvil, además de configurar el teléfono de manera que la pantalla se bloquee cada pocos segundos. Hay usuarios que establecen un minuto para el bloqueo, lo que gasta una gran cantidad de batería.
- Apagar las conexiones. Los teléfonos inteligentes nos ofrecen multitud de opciones en lo que a conectividad se refiere. Por un lado, es una ventaja, pero por otro también supone un considerable gasto de batería. Para evitarlo, desactivar el bluetooth, el wifi o la tecnología de pago contactless NFC puede ayudarnos. Lo ideal es que solo las activemos cuando vayamos a usarlas. Lo mismo sirve para el GPS. Para que sea más cómodo, se pueden agregar al menú rápido para activarlas y desactivarlas en un instante.
- No abrir con frecuencia las aplicaciones que más batería consumen. Las aplicaciones de mensajería, YouTube, las redes sociales, los juegos y las plataformas de vídeo están entre las que más gasto energético implican. Numerosos modelos de móvil cuentan con la opción de ver en el apartado ‘Ajustes’ las apps que más consumen.
- Prescindir de las vibraciones. Aunque muchos no lo sepan, las vibraciones consumen mucho más que tener el móvil en modo sonido. Por ello, es aconsejable optar por el modo silencio sin vibración, pues no perderemos batería ni por los sonidos ni por las vibraciones.
- Utilizar el modo oscuro en las aplicaciones. Otra alternativa es el uso del modo oscuro en las apps en las que esté disponible, pues consumirá menos batería que el fondo blanco tradicional. YouTube, Facebook, WhatsApp, Instagram y Twitter cuentan con interfaces con predominio de fondos oscuros y textos claros para luchar contra la fatiga visual, provocada por la prolongada exposición de nuestros ojos al brillo de las pantallas, a la vez que se ahorra energía.
En casos extremos en los que tengamos muy poca batería, podemos decantarnos por desactivar los datos móviles e incluso poner el teléfono en modo avión. Una solución más drástica aún, si no esperamos llamadas importantes, es apagar el terminal y volverlo a encender cuando necesitemos usarlo.
Como vemos, son consejos bastante fáciles de seguir y que vale la pena aplicar, pues el móvil nos puede ser de gran ayuda en numerosas situaciones; siempre que esté encendido.
Por Patricia M. Liceras
Imagen: Sten Ritterfeld (Unsplash)