Parecía una guerra perdida y que las dimensiones XL se habían impuesto en el mundo del smartphone, sobre todo tras las pobres ventas de los modelos Mini de iPhone 12 y 13. Sin embargo, los nuevos movimientos en el mercado dan esperanzas a los nostálgicos de los móviles manejables.
A medida que han ido mejorando características como potencia, batería y calidad de sus pantallas, los smartphones se han ido apuntando a un crecimiento que ralla en lo desmesurado. Puede que tanto como para favorecer una vuelta a medidas modestas, que no hagan imprescindible manejarlos a dos manos.
Lo que a día de hoy se consideraría un smartphone ‘normal’ sería catalogado como phablet, término usado para describir un híbrido entre móvil y tableta, hace poco más de una década. Solo hay que recordar la primera generación de iPhone, cuyas diagonal de pantalla (3,5 pulgadas, algo menos de 9 centímetros), resolución (480x320 píxeles) y medidas (obvio en la mano de Steve Jobs) resultan ahora ridículas.
Ocurrió en 2007 y se puede definir como el origen de la transición de teléfonos móviles a smartphones. Apple dio en el clavo con la innovación y el marketing, empujando a la competencia a una carrera sin freno. Al poco tiempo, Samsung tomó el relevo, primero con las 4,3 pulgadas (casi 11 centímetros) del Galaxy S2 y luego con su espectacular serie Note, que alcanzaba las 5,3 pulgadas (unos 13,4 centímetros).
Era tan obvio que el consumidor quería disfrutar de los contenidos en streaming en pantallas grandes y de calidad que hasta Apple lo asumió, lanzando la primera serie Plus de iPhone. El estándar no paraba de crecer, primero hasta las 5,5 pulgadas (12,7 centímetros) y luego hasta un tamaño medio actual que oscila sin complejos entre las 6 y las 6,4 pulgadas (entre 15,24 y 16,25 centímetros).
Una vez más, se podría ‘culpar’ al gigante Apple del progresivo cambio de tendencia. Mientras la norma en Android era perseguir un tamaño disparatado en mano, con resoluciones de hasta 2K o 4K, en Cupertino mantenían en venta el pequeño modelo SE y hasta lanzaban una versión Mini del iPhone 12, de ‘solo’ 5,4 pulgadas (unos 13,7 centímetros).
Esta apuesta se mantiene con el iPhone 13 Mini, de misma diagonal aunque un poco más grueso para albergar una mayor batería. La jugada, eso sí, no les ha salido muy rentable. Esta línea es, de lejos, la menos vendida de todos los iPhone, por lo que no se proyecta que continúe en la siguiente iteración.
No significa que abandonen al público aficionado a tamaños moderados. Con 6,1 pulgadas (cerca de 15,5 centímetros) y un ligero ‘adelgazamiento’, el iPhone 13 puede considerarse un modelo ‘compacto’. Además, acaban de presentar la tercera actualización de su modelo SE, el dispositivo iOS más económico, muy reducido en cuanto a tamaño se refiere.
Siempre ha habido alguna empeñada en llevar la contraria, como Sony con su interesante línea Z Compact. Sin embargo, las marcas que trabajan con Android abanderaron con gusto la guerra del tamaño. Entre otras razones porque, como con el arriesgado Mi MIX de Xiaomi, esgrimían la eliminación del notch como una innovación crucial en su línea de marketing.
Hubo analistas que predijeron la irrupción de imitaciones del concepto iPhone Mini en Android, algo que no se ha cumplido en términos generales. Aunque se espera la pronta aparición de un Xiaomi 12 Mini y es notable que los considerados como ‘topes de gama’ están sufriendo una ligera pero progresiva reducción de sus dimensiones.
Terminales populares como Samsung Galaxy S22, Xiaomi 12, Oppo Reno7, OnePlus Nord 2 y RealMe GT, aunque dispongan distintas diagonales de pantalla, no sobrepasan los 16 centímetros de alto. Modelos como Asus Zenfone 8 y Pixel 5 incluso bajaron de los 15, con 5,9 y 6 pulgadas (rondando los 15 centímetros), respectivamente. Y eso sin contar los teléfonos flexibles, futuro inmediato para un mercado que pide calidad, tamaño y comodidad al mismo tiempo.
Por Pablo Vinuesa.
Imágenes | Portada por Taan Huyn, interiores por James Lewis y Daniel Romero, todas en Unsplash.