Nuestra seguridad y privacidad cada vez se ven más amenazadas. Consecuentemente, aumenta el número de personas que, ante un comportamiento raro de sus teléfonos móviles (la batería dura menos de lo normal, hay un mayor consumo de datos, desaparecen contactos de la agenda, llegan mensajes extraños...), acaban pensando que están siendo espiados.
No es fácil hacerlo y, como señalan desde la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), lo habitual es que ese mal funcionamiento del terminal se deba, no tanto a una intrusión, sino más bien al malware (virus, troyanos...) con el que los ciberdelincuentes intentan robarnos información personal, credenciales o información financiera para conseguir dinero.
Como asegura la OSI, monitorizar la línea telefónica es “complejo y caro, ya que hay que ‘romper’ la seguridad de las comunicaciones”, y eso solo está al alcance de instituciones como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que logran escuchar el contenido de determinadas conversaciones en virtud de una orden judicial y con la ayuda de los operadores de telefonía.
Sin embargo, monitorizar las comunicaciones de datos (correo electrónico, WhatsApp, redes sociales, etc.) es “más sencillo”, advierte este organismo público. En los smartphones, las funciones están bajo un sistema operativo y, si se instala la "aplicación adecuada", puede ser fácil espiarlos. Esto se puede hacer de tres formas:
Una vez realizados los pasos anteriores, deberemos restablecer el terminal: “restablecer datos de fábrica” en Android y “Borrar contenido y ajustes” en iOS.
Finalmente, recalca la OSI, habrá que instalar un antivirus (si es Android, Conan mobile es una app gratuita del Incibe que permite conocer el estado de seguridad del dispositivo). A continuación, restauraremos los datos desde las copias de seguridad e instalaremos las aplicaciones que vayamos necesitando. Eso sí, asegurándonos de que todas las apps son descargadas de las tiendas y webs oficiales.
Que tengamos el móvil pinchado no es algo habitual, pero, si después de formatear el terminal todo sigue igual, lo más recomendable y drástico sería cambiar de móvil para evitar intrusiones.
Por Patricia M. Liceras
Imagen | Mika Baumeister (Unsplash)