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¿Qué es el ‘juice jacking’ y cómo protegerte de él?

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¿Qué es el ‘juice jacking’ y cómo protegerte de él?

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Salimos de casa con prisa y la batería de nuestro móvil está a punto de acabarse. Menos mal que en el autobús, la estación o la cafetería tenemos un USB público con el que recargarlo. Si te sientes identificado con esta situación, es mejor que tomes ciertas precauciones o podrías ser víctima de juice jacking.

 

El peligro del juice jacking

 

El juice jajcking es un tipo de cibercrimen en el que los hackers modifican esos cargadores públicos tan socorridos para que, al conectar cualquier dispositivo, se instale en ellos algún tipo de malware. El objetivo es acceder a sus contenidos y robar material sensible como imágenes, vídeos o contraseñas.

 

Este ataque recuerda a las amenazas que representan las redes wifi gratuitas, de tanta utilidad para conectarnos a internet, pero con un reverso peligroso. Precisamente el hecho de que su acceso sea libre puede provocar que cualquiera lo utilice con un fin delictivo. No se trata de un delito nuevo. Ya en 2019, la Oficina del Fiscal de Los Ángeles (Estados Unidos) advertía de esta amenaza a través de una campaña de concienciación.

 

¿Cómo se realiza el ataque?

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Sabemos que los puertos USB tienen diferentes finalidades. Sirven para recargar la batería, pero también para transferir datos, por ejemplo, de un móvil a un ordenador. Este es el uso del que se aprovechan los ciberdelincuentes.

 

Los puertos disponen de al menos cuatro pines y, normalmente, dos se utilizan para poder recargar y dos para transferir datos. Pues bien, lo que hace el hacker es emplear estos últimos para instalar un malware que se aloje en el dispositivo conectado. A partir de ahí, el autor del ataque ya puede robar, cambiar o borrar información, como si fuera una transferencia de datos común.

 

Además, esta práctica conlleva otra amenaza llamada videojacking. En este caso, se refiere a la capacidad del cargador USB para grabar todo lo que se muestre en la pantalla del dispositivo, exponiendo la actividad del usuario, y enviar después esas grabaciones al atacante.

 

Cuatro métodos para librarse del juice jacking

 

El consejo más obvio para evitar un ataque es no usar cargadores públicos. Pero nuestra dependencia del móvil es tal que es fácil caer en la tentación de recargar el smartphone, confiando en que nada nos pase. Para evitar contratiempos, estos consejos serán muy útiles.

Solo carga

 

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Al acoplar el móvil a un puerto USB, en la pantalla del dispositivo suelen aparecer las acciones disponibles a través de esa conexión: o bien transferir archivos o bien solo cargar. Esta segunda es la que debemos elegir siempre.

 

Por defecto, en muchos móviles ya viene esta opción de forma predeterminada, pero no está de más hacer la comprobación. Sobre todo, si alguna vez se ha usado el móvil para traspasar datos, pues esa elección ha podido quedarse activa de forma permanente.

Un cargador extra

Otra solución muy sencilla es llevar el cargador del móvil. O, en caso de que no se quiera sacar de casa, comprar uno auxiliar, aunque no sea tan eficiente como el oficial de la marca.

 

En este caso, es posible optar además por un cargador con protección de sobrecargas, que ahorrará problemas con instalaciones eléctricas poco fiables.

Bloqueadores USB

También conocidos como preservativos USB, son pequeños adaptadores que se colocan entre el dispositivo y el cable y sirven para bloquear la transferencia de datos, permitiendo solo la carga.

Una batería externa

Por otro lado, llevar una batería externa con nosotros nos evitará tener que confiar en un cargador público. Ahora bien, ¿cómo elegir la que más nos conviene? El primer factor a tener en cuenta es la capacidad de carga, pero no es el único. Características como tamaño, peso, número de salidas, enchufes, materiales de fabricación y las certificaciones de seguridad pueden ser determinantes.

 

Por Noelia Martínez

 

Imagen | Lucian Alexe, Solen Feyissa  on Unsplash

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