Mona Simpson, la madre de Homer Simpson, describe así su despertar (¡ay! Me encanta este verbo para describir este acontecimiento) al mundo hippie, el cual surgió una noche viendo un partido de fútbol, con la salida al campo de juego de Joe Namath, que poseía unas pobladas y tupidas patillas: -''Su salvaje y descuidado cabello me descubrió un mundo nuevo de rebelión, de cambio... Un mundo cuyas puertas se abrían a mujeres como yo. Abe (el padre de Homer), sin embargo, seguía atrapado en las conservadores clichés de fantasía plástica que ofrece la publicidad.'' . Algo parecido me pasó a mí con unos siete u ocho años cuando aún TVE tenía publicidad. La teletienda era una constante en estos anuncios y, uno de ellos era un conjunto de discos con música de los sesenta y setenta. Este tenía como música de fondo ''Black is black'' de Los Bravos. Al escucharla por primera vez, algo hizo 'click' en mí y me volví una amante fiel de la música de los años sesenta y setenta. Me volví ye yé. Recuerdo que siempre estaba deseando que pusieran el anuncio para escuchar tal maravilla musical. (Aunque este hecho fue clave para mi conversión musical al mundo ye yé, debo reconocer que fueron Los Diablos, con unos cinco años, los que empezaron a meterme el gusanillo de este tipo de música con su famoso ''Un rayo de sol'', que escuché por primera vez con mi prima, un año menor que yo, en la radio, mientras pintábamos en hojas de papel. Nos encantaba la canción, aunque no pudimos evitar reírnos cuando, tras la canción, el locutor dijo el nombre del grupo... Nos era muy difícil de entender [y asociar] que algo tan bonito fuera cantado por un grupo con ese nombre). Ya no había nada que hacer. Estaba, irremediablemente enamorada de todo el mundo retro y vintage (y dentro de este tándem, de toda la rareza que pudiera encontrar en el mismo). Así, era fanática de Gelu, una de las chicas ye yé españolas más famosas, viví mi adolescencia enamorada de George Harrison y los Beatles, y tenía como a una de las grandes a la extraordinaria Janis Joplin. Además, descubrí a Cecilia, que rápidamente se convirtió en una de mis cantantes favoritas. Vivía en mi universo musical, el cual me catalogaba de ser más rara que un perro verde, y era totalmente feliz. Rápidamente a ese universo se sumó Eurovisión, concurso del que era seguidora desde años atrás y era (y es) una enorme cantera de artistas. Gracias al festival descubrí a artistas como Raphael Gualazzi, que representó a Italia en 2011 tras su retirada a finales de la década de los noventa y es un virtuoso del jazz (''Lady O'' es una verdadera obra de arte, hace lo que quiere el tío cuando interpreta) o France Gall, gran musa del ye yé francés y que ganó por Luxemburgo en 1965 bajo las directrices de Serge Gainsbourg; así como Anne Marie B, que presentó una versión reinventada de la canción infantil ''Frère Jacques'' muy interesante, Joy Fleming, una cantante alemana con un vozarrón impresionante o Guy Bonnet, que cantó una delicia llamada ''Marie Blanche'' al piano. En resumen, como ya lo he dicho en párrafos anteriores, me encanta todo lo que tenga un toque vintage, retro, distinto y raro. Creo que lo que caracteriza a la música es precisamente eso, la comunión de emociones, sentimientos y un... algo que haga de cada pieza algo (valga la redundancia) único y que nos haga sentir chispas en el corazón (¡qué cursi me he puesto en un momento, oye!).
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