Si eres de los que cada vez graban más vídeos con el teléfono móvil, aprovechando que los smartphones han mejorado mucho en este aspecto y permiten obtener grabaciones de gran calidad, hay un gadget imprescindible para que esos vídeos tengan la mejor apariencia y no salgan movidos: un gimbal para móviles o estabilizador de vídeo.
Un gimbal es sencillamente un sistema que balancea, en tiempo real, los movimientos que hacemos cuando grabamos con el teléfono para que las imágenes que tomamos permanezcan estables. Inicialmente creados para estabilizar cámaras profesionales, poco a poco han ido dando el salto a otros segmentos del mercado y finalmente han llegado a los teléfonos móviles.
Aunque tu smartphone lleve incorporado un estabilizador óptico de imagen, el resultado obtenido con este gadget suele ser mucho mejor, por lo que, si finalmente te animas a hacerte con uno, hay determinadas cuestiones a tener en cuenta.
En primer lugar, no tiene sentido comprar un gimbal si apenas grabas vídeos, te es indiferente su calidad, si tienes un móvil antiguo que hace grabaciones francamente malas o si no estás dispuesto a cargar con él, pues no cabe en un bolsillo.
Por un lado, el diseño del gimbal ha de ofrecer un agarre que nos sea cómodo para realizar las capturas y, por otro, debe ajustarse al tamaño del móvil y ser capaz de soportar su peso. La mayoría de estabilizadores se adaptan a cualquier tamaño de pantalla, pero no está de más comprobar las dimensiones máximas que nos permite, especialmente en el caso de los smartphones más grandes.
Ahora bien, si tienes previsto llevar el gimbal contigo a muchas partes, por ejemplo, en viajes, procura que el modelo sea compacto y ligero; de lo contrario, su manejo puede ser un incordio.
Por supuesto, debes asegurarte de que se trata de un modelo de estabilizador de vídeo compatible con tu smartphone. También es importante que te asegures de si te permitirá utilizar todas las funcionalidades que te ofrece el gimbal.
Otro de los factores a tener muy presente son los ángulos límite que el gimbal es capaz de estabilizar (cuanto mayores sean, nos dará más posibilidades), así como la velocidad de movimiento máxima que admite.
Si el aparato cuenta con controles integrados, nos va a permitir controlar todo sin necesidad de tocar nuestro smartphone, lo que puede resultar más cómodo. Asimismo, que ofrezca diferentes modos de trabajo nos dará mucha libertad y alas a la creatividad.
Lo más normal es que el gimbal tenga modos de uso en vertical y horizontal, así como un modo de bloqueo, que hace que la cámara apunte en todo momento en una dirección exacta aunque movamos el dispositivo, y otro de seguimiento para seguir un objeto o rostro seleccionado previamente. A este respecto, es conveniente evaluar el uso que se le prevé dar para invertir en él lo justo y necesario.
Por último, los estabilizadores de vídeo para móviles funcionan con batería y su duración es algo que debes tener en cuenta. Puede haber diferencias más que notables entre algunos modelos. Por tanto, prioriza aquellos que garantizan una buena autonomía para que no sea una preocupación cuando estés grabando.
Como vemos, son muchos los factores a valorar si lo que queremos es hacer vídeos con un resultado profesional. En función de la complejidad, estabilidad y posibilidades de funcionamiento del gimbal, su precio variará considerablemente, pero lo fundamental no es comprar el más moderno o completo, sino el que más se ajuste a nuestras necesidades.
Por Patricia M. Liceras
Imagen: Free To Use Sounds (Unsplash)