Comprar un móvil nuevo es un importante desembolso económico y, cuando lo hacemos, nuestro deseo es que ese dispositivo tenga una vida útil lo más larga posible. Para ello, es fundamental ofrecer un mantenimiento adecuado y una de las pautas más básicas es usar el cargador correcto.
Los problemas de usar un cargador no oficial
Lo recomendable siempre es utilizar el cargador original. El propósito es proteger al máximo la batería, uno de los componentes más sensibles y cuyo desgaste acelera la necesidad de reemplazar el smartphone. Emplear el cargador oficial es la manera de garantizar que no habrá riesgos en esa carga, porque el producto que se está utilizando ha sido creado de forma específica para ese modelo.
Sin embargo, es frecuente que, al salir a la calle, nunca llevemos el cargador encima. Por lo que, si la batería se está agotando, pidamos prestado con urgencia un cargador cualquiera, sin tener en cuenta sus características. Aquí es donde pueden aparecer los problemas.
Si no se usa el cargador oficial, quizá el móvil no lo reconozca y se altere el tiempo de carga, lo que demorará la carga o realizará cargas ‘fantasmas’ con las que la batería se agota de forma rápida. Además, es posible que el dispositivo no active la carga rápida aunque el cargador sí la contemple.
Incluso puede haber peligros más graves, sobre todo si se usa de modo habitual un cargador alternativo. Por ejemplo, si da un mayor amperaje del necesario, podría provocar sobrecargas que dañen la batería. Y, en el caso de cables y puertos genéricos, también podrían ocasionarse problemas a largo plazo.
Cómo elegir un buen cargador
Esto no quiere decir que no se puedan utilizar otros cargadores, incluso de diferente marca. De hecho, hay una tendencia generalizada en la industria a estandarizar el tipo de carga y el diseño de los conectores. Por su parte, la Unión Europea ya está trabajando para que en 2024 se cuente con un cargador único que todos los usuarios puedan emplear de manera indistinta.
Lo importante a la hora de elegir otro cargador es que este sea de calidad. Sobre todo, cuando se debe reemplazar el producto original porque se ha extraviado o ya no funciona bien.
Es mejor desconfiar de los cargadores demasiado económicos. Quizá su precio sea tan bajo porque se ha recortado en la calidad de componentes como el transformador, el cable y la conexión USB C. Si este es el caso, tal vez no encaje bien en la clavija del dispositivo y acabe deteriorando el conector. O puede que el producto sea tan barato porque no cumple con las medidas de seguridad necesarias.
No solo se trata del precio del producto; es fundamental que el nuevo cargador se ajuste a los requerimientos específicos que el móvil necesita. El más importante, la potencia.
Para escoger un cargador que entregue la carga exacta que necesita el móvil, lo más práctico es consultar en el cargador original. Tras la palabra ‘Output’ vendrá especificado el amperaje, una cifra acompañada de las letras A y/o V. En algunos cargadores también se indica cuál es la potencia máxima admitida, por lo que se podría comprar un cargador con mayor capacidad.
Un caso especial son los cargadores de carga rápida, muy prácticos porque reducen el tiempo de carga, pero cuyo sistema puede no ser compatible con el móvil. Existen sistemas más genéricos como QuickCharge y Pump Express que son compatibles con un gran número de modelos, pero algunas marcas de smartphones han preferido apostar por la exclusividad de sus sistemas de carga.
Hay otros elementos a tener en cuenta:
- El número de salidas. Para poder cargar varios dispositivos a la vez.
- El diseño. Un modelo compacto, por ejemplo, ayudará a que el calor se disipe correctamente.
- La normativa de seguridad: Es interesante conocer las certificaciones CE, FCC y RoHS, referidas a los materiales, uso y regulación.
El cargador ‘alimenta’ nuestro móvil; no tiene sentido invertir un gran presupuesto si después no se cuidan este tipo de componentes.
Por Noelia Martínez
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